EUROPA
PRESS
3 marzo
2021
Alguna
grasa del cuerpo es más resistente a la dieta
Los científicos han trazado un mapa de
lo que sucede con los depósitos de grasa durante el ayuno intermitente (cada
dos días), y han realizado un descubrimiento inesperado según el cual algunos
tipos de grasa son más resistentes a la pérdida de peso, según publican en la
revista 'Cell Reports'.
En un estudio con ratones, investigadores australianos han
analizado lo que sucede en el tejido graso durante el ayuno intermitente y han
comprobado que se desencadena una cascada de cambios drásticos, según el tipo
de depósitos de grasa y dónde se encuentran alrededor del cuerpo.
Utilizando instrumentos de última generación, los
investigadores de la Universidad de Sydney descubrieron que la grasa alrededor
del estómago, que puede acumularse como 'barriga prominente' en los seres
humanos, entraba en un 'modo de conservación', adaptándose con el tiempo y
volviéndose más resistente a la pérdida de peso.
Un equipo de investigación dirigido por el doctor Mark
Larance examinó los tipos de tejido graso de diferentes lugares para comprender
su función durante el ayuno cada dos días, donde no se consumían alimentos en
días alternos.
Los tipos de grasa donde se encontraron cambios incluyeron
la grasa visceral del vientre, que es el tejido graso que rodea nuestros
órganos, incluido el estómago, y la grasa subcutánea, que se encuentra justo
debajo de la piel y está asociada con una mejor salud metabólica.
"Si bien la mayoría de la gente pensaría que todo el
tejido graso es el mismo, de hecho, la ubicación marca una gran diferencia,
explica el doctor Larance, del Centro Charles Perkins y la Facultad de Ciencias
de la Vida y el Medio Ambiente de la Universidad de Sydney. Nuestros datos
muestran que tanto la grasa visceral como la subcutánea experimentan cambios
drásticos durante el ayuno intermitente".
Durante el ayuno, el tejido graso proporciona energía al
resto del cuerpo mediante la liberación de moléculas de ácidos grasos. Sin
embargo, los investigadores encontraron que la grasa visceral se volvió
resistente a esta liberación de ácidos grasos durante el ayuno.
También hubo signos de que la grasa visceral y subcutánea
aumentaba su capacidad para almacenar energía en forma de grasa, lo que probablemente
reconstruiría rápidamente el depósito de grasa antes del siguiente período de
ayuno.
El doctor Larance señala que era posible que un historial de
períodos de ayuno repetidos desencadenara una vía de señalización de
preservación en la grasa visceral. "Esto sugiere que la grasa visceral
puede adaptarse a episodios de ayuno repetidos y proteger su reserva de
energía, explica. Este tipo de adaptación puede ser la razón por la que la
grasa visceral puede ser resistente a la pérdida de peso después de largos
períodos de dieta".
El doctor Larance asegura que usar un modelo de ratón es un
análogo útil antes de los estudios en humanos. "La fisiología del ratón es
similar a la de los humanos, pero su metabolismo es mucho más rápido, lo que
nos permite observar cambios más rápidamente que en los ensayos en humanos y
examinar tejidos difíciles de muestrear en humanos", explica.
La investigación futura en ratones y humanos podría
descubrir los mecanismos por los que se produce esta resistencia y también qué
tipos de dieta y otras intervenciones pueden ser mejores para combatir la grasa
abdominal.
El equipo de investigación examinó más de 8.500 proteínas
ubicadas en los depósitos de grasa, creando un catálogo de cambios que
ocurrieron durante el ayuno intermitente, utilizando una técnica llamada
proteómica.
La proteómica, el estudio de todas las proteínas, un área de
estudio relativamente nueva que toma su nombre de la genómica (el estudio de
todos los genes), monitorea cómo reaccionan las proteínas bajo ciertas condiciones,
que en este caso es el ayuno intermitente.
Los resultados proporcionan una rica fuente de datos que
ayuda a pintar una imagen más completa del funcionamiento interno del tejido
graso.
Fue a través de la proteómica que el equipo de investigación
fue alertado de los principales cambios celulares causados por el ayuno
intermitente y, después de un análisis adicional, destacó el mecanismo de
conservación de la grasa visceral en acción.
El doctor Larance dice que debe tenerse en cuenta que los hallazgos
del estudio intermitente pueden no aplicarse a diferentes regímenes de dieta,
como la dieta 5: 2 (ayuno 2 de cada 7 días) o la restricción de calorías, que
es común en personas que desean perder peso.
Los resultados sientan las bases para estudios futuros, que
analizarán las moléculas responsables de por qué la grasa visceral es
resistente a la liberación de energía durante el ayuno y ayudarán a determinar
qué planes de dieta serían más beneficiosos para la salud metabólica.